Finalmente, los estudios
demográficos son muy importantes para cualquier sociedad porque permiten
conocer los cambios y la evolución que se producen en una población
determinada, para poder obtener estos datos se utilizan especialmente los
censos y los estudios estadísticos. El objetivo de tener los datos de las
variables demográficas es que permite a los gobiernos planificar, diseñar e
implementar políticas que se adapten a las necesidades particulares de una
determinada población.
Transición Demográfica
Según el modelo de la transición demográ los cambios en una población tienen tres componentes: nacimientos, muertes y migración. La transición demográfica como proceso, disminuye el efecto de cuatro grandes riesgos sociodemográficos: la alta mortalidad, la elevada fecundidad, el acelerado crecimiento demográfico y la estructura etaria joven.
Con mayor o menor intensidad y velocidad, todos los países de América Latina han iniciado el proceso de la transición demográfica, porque todos han empezado a reducir sus tasas de fecundidad y mortalidad.
El Celade ha
elaborado topologías para identificar los riesgos sociodemográficos por los que
atraviesan los países, según el grado de avance de la transición demográfica.
La transición demográfica se caracteriza por diferentes fases.
·
La transición incipiente: con
alta natalidad y mortalidad y con un crecimiento natural moderado, del orden de
2.5 %, tienen una estructura por edades muy joven y una alta relación de
dependencia.
· La transición moderada: alta natalidad,
pero cuya mortalidad es moderada. Por este motivo su crecimiento natural es
todavía elevado, cercano al 3 %. En esta etapa se ubica, por
ejemplo, Guatemala, donde el
descenso de la mortalidad, sobre todo durante el primer año de vida, se ha
traducido en un rejuvenecimiento de la estructura por edades, lo que también
lleva a una elevada relación de dependencia.
·
La plena transición: con
natalidad moderada y mortalidad moderada o baja, lo que determina un
crecimiento natural moderado cercano al 2 %. Aquí el descenso de la
fecundidad es reciente y la estructura por edades se mantiene todavía
relativamente joven, aun cuando ya ha disminuido la relación de dependencia.
· La transición avanzada: con natalidad y mortalidad moderada o baja, lo que se traduce en un crecimiento natural bajo, del orden del 1 %.
El concepto de la segunda transición demográfica fue creado por Lesthaghe y D.J. van de Kaa en 1986. Es un concepto nuevo que procura dar cuenta de fenómenos emergentes en países desarrollados, pero que también parece que se confirma en países de América Latina.
La segunda
transición demográfica, en un contexto estable de baja fecundidad y mortalidad,
describe los cambios en la composición de la familia y de las uniones en los
patrones de reconstitución de las familias en países occidentales.
Además de
niveles de fecundidad inferiores al nivel de reemplazo y sostenidos en el
tiempo, la segunda transición demográfica se caracteriza por: (i) incremento de
la soltería, (ii) retraso del matrimonio, (iii) postergación del primer hijo,
(iv) expansión de las uniones consensuales, (v) expansión de los nacimientos
fuera de matrimonio, (vi) alza de las rupturas matrimoniales, (vii)
diversificación de las modalidades de estructuración familiar.
Revolución reproductiva
La teoría de la revolución reproductiva es crítica a las limitaciones de la teoría general de la transición demográfica derivadas de su metodología de investigación -apoyada en estudios transversales y expresada en las pirámides de población- ya que proyectaría una visión incompleta no holística de la dinámica población (nuevas fases se deben incorporar a la transición demográfica para dar cuenta de nuevos fenómenos) dejando sin explicación algunos de los mecanismos de reproducción de las poblaciones en la sucesión intergeneracional que se están manifestando en las sociedades modernas. Como propuesta de cambio de paradigma la revolución reproductiva -apoyada en estudios longitudinales- pretende dar cuenta de los cambios demográficos de manera sistémica y no alarmista ni catastrofista, integrando en buena medida las consecuencias sociológicas que caracterizan la segunda transición demográfica.
La teoría de la revolución reproductiva está descrita por John MacInne y Julio Pérez Díaz en sus publicaciones The reproductive revolution de 2005 y de 2009 La tercera revolución de la Modernidad. Los autores señalan la radical relevancia que tiene en su teoría y en los nuevos fenómenos demográficos el concepto de eficiencia reproductiva, así como la longevidad y el reemplazo generacional en las sociedades modernas. Siguiendo el hilo conductor de las ideas de Kingsley Davis (1908-1997) expuestas en 1937 sobre el futuro de la familia y de la fecundidad, establece consecuencias muy distintas sobre las implicaciones y consecuencias que la revolución reproductiva tiene en el descenso del trabajo reproductivo: el declive del patriarcado, la desregulación social de la sexualidad, el paso del género a la generación como eje de distribución de roles productivos-reproductivos, el reforzamiento de lazos familiares y otras consecuencias positivas de la madurez de masas-el mal llamado envejecimiento de la población.
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